Esta foto del pasado domingo 18 es la última prueba de mi presencia en la calle. Desde entonces y hasta el viernes no salí de casa. Cuatro días seguidos recluida, descalza y sobreviviendo con los víveres que quedaban en la despensa y el frigorífico. De hecho, de no ser porque se agotaron ni el viernes hubiera salido.
¿Que por qué no salí? Pues aparte de que los 37ºC exteriores a la sombra no invitaban a pasearse, precisamente, el principal motivo fue que me sumergí completamente en resolver asuntos, realizar gestiones y pensar en proyectos.
Dicen que no es sano aislarse de esa manera, ni para la salud mental ni la física, pero yo creo que si haces lo que te gusta y cumples tus objetivos, la satisfacción que obtienes compensa de sobras ese riesgo. 😜
Si alguna vez te has visto superado por mil cuestiones, la mejor manera para no caer en agobios, ansiedad e insomnio, es: clasificar, priorizar y solventar. Y si para ello tienes que aislarte, hazlo. Aunque sólo sea una hora al día.
Por este motivo sigo algo ausente en el blog, espero que me perdonéis. Intentaré retomar el ritmo y ponerme al día con un montón de material acumulado que tengo para vosotrxs. Os lo debo. Gracias por seguir aquí.💗
¡Hasta la próxima!
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